Universidad del Caribe

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Actualización en Docencia Superior

viernes, 24 de julio de 2015

ESTILOS DE ENSEÑANZA –APRENDIZAJES

La educación tiene como objetivo principal la formación de individuos integrales, con sentido de análisis crítico, que puedan realizar juicios de valor utilizando la información obtenida y aplicándola a situaciones de la vida diaria, siendo posible la integración de los valores éticos en sus acciones.
Los estilos de enseñanza y aprendizaje están relacionados con el proceso evolutivo de las universidades desde sus inicios, conocer los diversos procesos por los cuales ha atravesado las instituciones de educación superior hasta llegar a ser lo que conocemos hoy día como “Universidad”.   Los retos formativos de la educación superior como una consecuencia lógica derivada del  contexto que presenta su evolución, consiste en enunciar los desafíos o retos para las universidades en el enfoque educativo tradicional y modificarlos para poder atender los nuevos paradigmas educativos asociados a la educación de hoy y  responder a la educación futura.

Podemos decir entonces, que es necesario que los estilos de enseñanza y aprendizaje formen parte de este proceso evolutivo derivando en un sistema educativo más equitativo y moderno, que responda a las necesidades y expectativas de la sociedad, no sólo en términos de las demandas del mundo productivo, sino que considere la formación en valores, la educación continua y la construcción de ciudadanía.
Lograr superar las grandes deficiencias de la educación en cuanto a sus procesos no es una tarea fácil, requiere del compromiso de la sociedad: gobierno, educadores y educandos, familia, medios de comunicación, actores sociales y políticos, todos tenemos la  responsabilidad ciudadana de hacernos parte activa y comprometida de este proceso de transformaciones.
Durante los últimos años  la educación superior en Panamá, ha vivido un proceso de cambios sin precedentes. Sus matrículas se expandieron, las instituciones se incrementaron y diversificaron, los estudios de postgrado, maestrías y doctorados se multiplicaron tomando como punto de referencia que existe una política económica que responde a una tendencia mundial y que se sustenta en el proceso de globalización y competitividad que a escala planetaria definiendo el modelo de comportamiento del Estado y la orientación que debe asumir la educación y, dentro de ésta, las instituciones de educación superior.

Este modelo demanda resultados diferentes a los requerimientos clásicos, en la formación del capital humano, la tarea científica y la extensión, la sociedad del conocimiento que emerge rápidamente y que hace de la educación uno de sus pilares fundamentales. El conocimiento es reconocido como la variable definitoria de las sociedades modernas. La generación, transferencia, difusión y aplicación de este conocimiento, parece guardar relación directa con el desarrollo humano, la productividad económica y la soberanía de los países. Las naciones que más inviertan en educación, en ciencia y tecnología y en cultura  serán las que mayores ventajas competitivas y  mejores niveles de bienestar  podrán generar en beneficio de su población.  Por ende los estilos de aprendizaje y enseñanza deben ir de la mano con esta serie de transformaciones que estamos experimentando de forma tal que podamos adecuar los mismos a los resultados que se exige de nuestros educandos.
Las instituciones de educación superior están en el vértice de este desafío, por representar las organismos llamados a formar los recursos humanos de alto nivel y calidad, los investigadores, los intelectuales, los líderes empresariales, los trabajadores de la cultura; ofrecer servicios especializados y promover  valores de la identidad nacional, de convivencia pacífica y democrática, solidaridad y justicia social.
  
Hoy se reconoce que la ciencia y la tecnología tienen un efecto importante en el crecimiento económico, el desarrollo humano y la vida de las personas. El conocimiento es valorado como el factor de mayor incidencia, mayor aún que la tierra, el capital y el trabajo en la competitividad internacional, así como en el mejoramiento de las condiciones de bienestar de la población. 

En un esfuerzo la educación superior  pero, sobre todo, las universidades más grandes del país como parte del sistema de ciencia y tecnología, han asumido un papel importante en el desarrollo de la investigación y el desarrollo del conocimiento. 

Durante los próximos años el país debe de preocuparse por atender algunas condiciones que limitan el desarrollo científico y tecnológico y el papel que le corresponde asumir a  las universidades como son: la insuficiente inversión en investigación y desarrollo; falta de apoyo a la innovación tecnológica empresarial; insuficiencia de investigadores con niveles de doctorado y postdoctorado en áreas estratégicas; falta de condiciones apropiadas en las universidades para que los investigadores cumplan apropiadamente con sus funciones; escasas relaciones entre la empresa y la comunidad científica, así como la carencia de infraestructura científica. 

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